ALIDA VALLI
(Alida Maria Altenburger von Markenstein und Frauenberg, Pola, 1921-Roma,2006)
Es una de las actrices símbolo del periodo fascista. Su proyección a lo largo de las décadas de los 30, 40 y primeros 50 se da a una escala internacional y en los 40 mantiene el estatuto de “novia de Italia”, aportando al star system peninsular una belleza admirable y cercana, de mirada eternamente juvenil. A pesar de su origen croata, se mantiene como diva de identidad eminentmente italiana durante toda su trayectoria. Destaca en el periodo 1939-1945 como presencia de primer orden, tanto por la calidad de su propuesta interpretativa como los efectos de su carisma en el imaginario popular. Ensalzada por melodramas que empiezan a amasar las formas de la narrativa realista, como Piccolo Mondo Antico (Mario Soldati, 1941), Valli asume el rango de un icono femenino que representa belleza, inteligencia e independencia en un modo verdaderamente singular y con significados nunca unívocos, sino complejos y poliédricos. Esto no resultaría fácil en un periodo en el que las culturas sociales que regulaban los vínculos entre los campos de lo masculino y lo femenino estaban mayormente orientadas a instaurar un rol subalterno de las mujeres. De belleza estatuaria y gran elegancia, su carisma reivindica la compatibilidad de un Eros magnético y deseable con la reivindicación de la subjetividad y la autodeterminación de personajes femeninos, que deben ser valorados desde una perspectiva social y cultural, dotando su estrellato de importantes atisbos de modernidad en lo que se refiere al trazado de la mujer moderna en el cine.