MARIKA RÖKK
(Maria Korrer, El Cairo 1913-2004)
Actriz, bailarina y cantante de origen húngaro sumamente cotizada por el régimen de Hitler. Especializada en el circo y el teatro de variedades, destacaba por sus números acrobáticos en los filmes musicales, cuya sofisticación buscaba competir con la perfección del género alcanzada en Hollywood. De rostro angelical e increíble destreza física, su Eros responde más al magnetismo de su cuerpo atlético en constante movimiento que a su sensualidad. Por otro lado, la dulzura de su expresión nívea de ojos claros, expresiva e ingenua, contrarresta una actividad y poderío físicos más propios de los héroes masculinos. Tales contrastes de su propuesta performativa le llevaron a encarnar una feminidad versátil, capaz de transmitir la picardía de la joven de corazón trémulo y la docilidad de la madre/esposa de corazón generoso y espíritu sacrificial. Tras la belleza pícara y lúdica de esta actriz todoterreno anida un modelo de performer hecha a sí misma, que aporta al panteón divístico de la Alemania nazi un modelo activo afín a la narrativa del trabajo y del esfuerzo, y que encarna el deseo de entretenimiento en el seno de la cultura de masas. Sus rasgos intrínsecos reproducen ante la espectadora de la época la imagen de una mujer sencilla y cercana, dinámica pero sumisa, sensible a los efluvios del amor y dispuesta a a la sumisión en las relaciones de género, pues no olvida el anclaje ideológico a un sistema propagandístico que busca la posición subalterna de la mujer, incluso para un divismo acrobático y aéreo como el de Rökk. Junto a Zarah Leander y Kristina Söderbaum, corona la tríada de divas del nacionalsocialismo.